jueves, 2 de julio de 2009

LA CULPA NO LA TIENE EL CHANCHO


La paranoia generada alrededor de la influenza A1HN1 (antes llamada "gripe porcina") es un ejemplo claro de cómo los medios, al poner foco en un tema sin brindar contexto, crean pánico y desinforman.

Las 46 víctimas "oficiales" de la pandemia en el país ocurridas en el último mes han causado verdadera alarma. Y se olvidan otras dolencias, más cotidianas, evitables y silenciosas: 8 chicos mueren por día a causa de la desnutrición, según el Centro de Lucha contra el Hambre, dependiente de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y UNICEF. Claro que estas muertes son invisibles, porque afectan a los más pobres. Unas 20 pepersonas mueren por día en accidentes de tránsito, según la Asociación Civil Luchemos por la Vida. De tan cotidiana, esta epidemia mortal no nos causa temor. Por no hablar de las 3.200 personas que mueren al año por complicaciones por la gripe común, según datos del Ministerio de Salud. Es que de tan comun, ya no es noticia...
Suspender las clases en todos los niveles educativos durante un mes en la ciudad de Buenos Aires y en varias provincias ¿es una medida sanitaria o política? ¿Responde a un plan o a la improvisación?
¿Y qué responsabilidad nos cabe a los periodistas? Las noticias (y el miedo), se propagan más rápido que el de la nueva gripe. Imaginemos por un momento qué pasaría si reportáramos todos los días la cantidad de gente que muere de cáncer de pulmón por tabaco, ¿cuántas personas se asustarían y dejarían de fumar?. El miedo sería entonces beneficioso.