lunes, 2 de junio de 2008

El futuro del trabajo en manos de las madres



“En las empresas hay más bajas por estrés que por maternidad”, dice Nuria Chinchilla, experta en gestión de la Universidad de Navarra, quien instó a las empresas a implementar el trabajo por objetivos en lugar de por horarios, a riesgo de perder a la mitad de sus talentos.

Tuve la oportunidad de entrevistarla para el suplemento Management de El Cronista (12/05/08). Me cautivó su sagaz sentido del humor. Chinchilla habló de un concepto que se impone en Europa: el de las Empresas Familiarmente Responsables. Y aunque los horarios flexibles, las licencias por paternidad y maternidad extendidas y los beneficios especiales para quienes son padres parecen a años luz de la realidad laboral argentina, la experta dejó en claro que en Europa la falta de niños es un tema candente.

Las empresas ya empiezan a preocuparse, porque no tendrán mano de obra suficiente. “En la medida en que las empresas no incluyan la maternidad y la paternidad, no serán sostenibles en el tiempo”, aseguró Chinchilla.

La entrada masiva de mujeres al mercado laboral repercutió dramáticamente en la tasa de natalidad, que en Europa es de 1,5 hijos por mujer en edad fértil, lejos del reemplazo generacional, que es de 2,1 hijos. Sin embargo, las expectativas de las mujeres son tener entre dos y cuatro hijos. Pero cuando se les pregunta por qué no los tienen, la mitad aduce falta de tiempo y la otra mitad, falta de dinero. En la Argentina está en 2,3 y en 20 años será 1,2 hijos por mujer.

¿Cómo afectaría a la economía una sociedad sin hijos?

- Al no haber niños, no sólo se pierde fuerza de trabajo y consumo a futuro, sino que se pierde capital social en el presente. Una sociedad sin niños tiene menos capacidad de comprometerse, hay más egocentrismo, más divorcios. En España tenemos 70 divorcios por cada 100 matrimonios. Estamos realmente desatados. El matrimonio en mi país tiene menos perspectiva que la compra de un coche de segunda mano, que te dan garantía por seis meses.

(...) Las empresas suelen realizar acciones para cuidar la calidad o el medio ambiente, pero si no construyen un clima propicio para conciliar trabajo y familia, se enfrentarán a una importante fuga de talentos por parte de las mujeres y los jóvenes de la generación Y, que ya no quieren un trabajo religioso de esos en los que entramos cuando Dios manda y salimos cuando Dios quiere...

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